Saga para + 18

Iris púrpura es el cuarto libro de la saga Los Craig. Para comprender la historia y conocer los personajes es necesario partir de la lectura de Los ojos de Douglas Craig.

La saga es de género romántico paranormal. El blog contiene escenas de sexo y lenguaje adulto.

Si deseas comunicarte conmigo por dudas o pedido de archivos escribe a mi mail. Lou.


jueves, 16 de febrero de 2017

¡Hola chicos! Dejo capi 19 con novedades. Después me cuentan. Los quiero. Un besazo y muchas gracias por estar aquí.


Capítulo 19.
Aterrado.

Charles.

Llegamos a la mansión con Margaret cuando el reloj daba las siete de la tarde. Habíamos ido juntos a cazar cerca de las cumbres, y luego disfrutamos unos días de nuestro hogar privado. Esa cabaña alejada sobre las montañas y con vista al Mar de Barents, regalo de Sebastien y Bianca.

Margaret corrió a ver a Sara para contarle como habían quedado los cercos repletos de violetas de los Alpes florecidas. Sonreí mientras colgaba nuestros abrigos en el perchero. Parecía una niña entusiasmada. La cabaña era magnífica y cómoda. Cada vez que nos dábamos esas escapadas ella regresaba renovada. Sin embargo el motivo no puntualizaba en lo material y en las vistas al mar a través de los grandes ventanales, sino en poder hacernos tiempo para amarnos en soledad sin nuestra querida familia alrededor.

De todas formas con el correr de los días, mi hembra extrañaba a sus Craig, tanto o más que yo. Podía notarse inquieta mirando por la ventana en sentido a la mansión, aunque de allí no podía verse. Comenzaba a preparar recetas deliciosas pensando en los integrantes de la casa o la visita que podía llegar a la mansión. Claro que esta vez Douglas no se encontraría ya que había partido a la Isla de Oso y por otro lado Marin no nos visitaba tan a menudo. Bernardo estaba muy ocupado con la construcción de la nueva escuela en la reserva y Drank ni que hablar de pisar la mansión. Sin embargo, con nuestra nueva huésped hermana de Petrov, Margaret podía cocinar muchas delicias.

Ayer después de hornear un pastel para llevar a nuestro regreso recordó con tristeza…

-Charles, es de fresas como le gusta a Liz, pero Liz ya no comerá como un humano.

Me acerqué apenado.

-Querida, cambia ese gesto de angustia o seré capaz de comérmela aunque me haga daño.
-¡Qué tonto eres! -rio.

Volví al presente al ver bajar de la escalera a Liz. Su cara era más pálida que de costumbre y su mano derecha cubría su cuello.

-¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal?

Llegó hasta uno de los sofás y se sentó.

-Tengo sed. Quisiera cazar pero no tengo deseos de correr por ahí, ni de nadar.
-Oh…

Me senté frente a ella.

-¿Le has dicho a Lenya?
-No. No quiero preocuparlo. Debe ser una tontería producto del estrés.
-Ah… ¿Estrés? ¿Problemas?
-Varios.
-Tengo un remedio infalible para ello.
-¿Cuál?
-Comienza a contarme que te preocupa. Larga todo lo que tengas en esa cabecita. Verás que te sentirás mejor.

Sonrió.

-Huirás despavorido.
-Te apuesto que no.

Volvió a sonreír.

-No hablo con Drank hace tiempo. No quiere que lo vea. Dice que no lo ayuda a quitarme de su corazón.
-¿Y tú qué piensas?
-Que tiene razón. Pero no por eso lo extraño menos. Ni siquiera sé cómo se encuentra entre los lobos.
-Si te sirve de ayuda de algo me he enterado. Sé que Bernardo está muy feliz con su trabajo, es muy responsable y eficiente. Se lo ha dicho a Bianca cuando estuvo aquí. Y con un par de amigos que se ha hecho… Mmm…Un tal Louk y el otro no recuerdo el nombre, con ambos parece llevarse muy bien. Han acampado cerca de las cumbres, se ha tirado en parapente y…
-¿Qué? ¿En parapente? ¡Pero si Drank sufre de vértigo!
-Parece que el vértigo se le quitó –sonreí-. Lo importante que se ha adaptado muy bien.
-¿Lo del parapente te lo ha dicho Bernardo?
-No, Gloria, cuando vino a despedirse de Douglas. Bernardo la trajo y ambos se quedaron bebiendo chocolate caliente un buen rato. A Bianca le encanta que su amigo la visite. Estoy seguro que también ocurrirá lo mismo contigo y Drank. Solo deja que pase un tiempo. Hazme caso. No te preocupes.
-Tengo miedo que se adapte a estar sin mí, a no contar con mi amistad.
-Eso no pasará si el cariño fue verdadero y yo no dudo de eso aunque no los conozca demasiado. Por los hechos que han pasado entre ustedes. ¿Entiendes?
-Sí…
-Ánimo y paciencia.
-Mi madre está en Kirkenes.

La miré sorprendido. Recosté la espalda en el sillón y estudié su rostro.

Ella bajó la vista y jugó con los dedos de su mano.

-¿Así que está aquí? –eché un vistazo a planta alta por si Bianca rondaba.
-Sí. Está con mi tío. Me lo dijo Marin por teléfono.
-Diablos…
-Sí, diablos y todos los infiernos. No quiero cruzármela. No sé qué decirle o qué hacer. Por lo pronto le contaré a mi prima. Ella merece saber que su padre está en Kirkenes.
-Por supuesto. ¿Y Marin? ¿Cómo lo ha tomado? ¿Dónde se han encontrado? Kirkenes no es una ciudad tan pequeña.
-Parece que pidió una habitación en el hotel de Sabina. Marin estaba allí en el hall.
-Madre mía… El destino es caprichoso.
-Mi hermana dijo que llegó de Drobak, allí preguntó por nosotras y que un vecino le informó sobre Kirkenes.
-Eso es buena señal. Ella quería encontrarlas. No fue casualidad.
-Lo sé. Pero Charles… Por su culpa nos han ocurrido cosas horribles.
-Aguarda, debes separar lo que ha ocurrido por desgracia y fatalidad de lo que ha dependido de ella. Piensa bien. No actúes por la rabia y el rencor.

Lenya avanzó por el pasillo de planta alta y nos miró sonriendo. Bajó las escaleras con actitud alegre y despreocupada pero al ver la cara de Liz cambió el gesto.

-Liz, ¿estás bien?
-Sí, amor. Solo que no voy a ir a cazar contigo.
-¿Eso por qué?
-Quisiera tumbarme un rato en la cama y dormir un poco.
-¿Dormir?

Me puse de pie y traté de tranquilizarlo.

-Liz es neófita, Lenya. No es como nosotros. Puede estar agotada. Son cambios bruscos.
-Sí…Pero… Insisto, ¿te sientes bien?
-Estaré bien, no te preocupes. Es sueño.
-¿Y sed? ¿No tienes sed?
-Sí, pero no lo suficiente para salir a saciarme.
-¿Quieres que te traiga el alimento aquí?
-¡Tú has perdido la cabeza! –me exalté-. ¿Cómo se te ocurre traer el humano aquí?

Liz rio.

-Mi amor…

Lenya titubeó.

-Bueno, yo pensé que…
-Tú no pienses nada. Es evidente que enamorarte te redujo las neuronas.

Él se acercó y encerró el rostro entre sus manos.

-Haría cualquier cosa por ti.

Ella besó sus labios y se refugió en sus brazos.

-Ve a descansar, cariño.

Liz se despidió y subió las escaleras perdiéndose en el pasillo de planta alta.

-Tu frase comienza a darme miedo –murmuré.

Lenya me miró.

-¿Acaso ignoras que sea así? Haría cualquier cosa. ¿O piensas que salvar a mi rival de la muerte ha sido una decisión fácil?
-No, ya lo creo. Sin embargo hay un límite y lo sabes. El secreto de los Craig debe permanecer oculto. Somos vampiros.
-No tengas miedo. Sé hasta dónde podría llegar.

Anouk y Rose salieron de la cocina.

-Me voy, Charles. Regreso a Moscú pasado mañana.
-Oh, querida. ¿Nos abandonas?

Sonrió.

-Por las fiestas. Ya mismo iré por mis maletas, pero aún tengo que cumplir con una tarea.
-¡Qué bien! Te esperaremos ansiosos. Ya eres parte de nosotros.
-Los extrañaré –miró a Rose divertida-. Algunos más que a otros. ¡Ah! No te olvides de los regalos que compré para el arbolito.
-No me olvidaré. Y no me hagas llorar, nunca he llorado por nadie –contestó Rose con cara  de apenada.
-Pero ahora tienes una amiga nueva.

Ambas sonrieron.

Conocía que Anouk y Rose habían hecho una linda amistad y parecían muy compinches el último tiempo. La menor de los Gólubev había cambiado muchos detalles de su personalidad para bien desde que vivía con nosotros. Me alegraba. Los Gólubev eran un aquelarre muy querido y admirado por Adrien y por mí.


Sebastien.


Olaf Arve bajó la escalera en actitud pensativa. Todos los que nos encontrábamos en la sala lucíamos realmente preocupados. Por supuesto, Lenya era un manojo de nervios. Sabíamos que Liz se había sentido débil a pesar de ir a cazar a menudo, y el malestar era cotidiano. Tanto era así que prácticamente pasaba en su habitación recostada y sin deseos de visitar las costas de mar de Barents, su debilidad.

Scarlet y Bianca se pusieron de pie, preocupadas por el dictamen del doctor en cuanto a la salud de Liz. Me acerqué a mi hermano y palmee su hombro. Quería darle valor ya que parecía que iba a desmayarse por la tensión en cualquier momento. Charles se acercó con un café para Olaf, sonrió mientras el doctor cogía el pocillo que le ofrecía.

-Doctor –pronuncié a modo de pregunta.

Suponía que mi hermano no estaba en condiciones ni siquiera de balbucear.

Olaf bebió un sorbo de café y asintió con la cabeza.

-Muy buen café, Charles.

Lo miramos con gran expectativa. ¿Retrasaría el diagnostico por que el tema era de gravedad? No quería ni pensarlo.

Adivinando nuestra desesperación se dirigió a mi hermano con palabras firmes y precisas.

-Señor Craig, Lo de la señorita Liz no es de gravedad, ni es para preocuparse. Bueno en realidad, si ella fuera humana podría afirmarlo. Dadas las condiciones ustedes sabrán…

Mi hermano agrandó los ojos y abrió la boca.

Intervine antes que le diera un infarto.

-Pero Olaf, ¿qué está diciéndome? Si Liz no es humana. ¿En qué quedamos es para preocuparse o no?
-Lo siento debí ser más claro con el señor Craig y con todos ustedes.
-Por favor… -susurró Lenya.
-Señor Craig, usted y Liz serán padres. Liz está embarazada y…

Miré a mi hermano. Su rostro quedó lívido como fantasma.

-¿Qué, qué dice? –tartamudeó.

Bianca y Scarlet saltaron de alegría.

-Lo que escuchó señor Craig, será padre. Lo felicito.

Lenya se tocó el pecho con una mano y jadeó.

-Ay, ¡ay qué me da!
-¡Hermano estoy feliz por ti! –exclamé.
-Ay no, me muero, me muero.
-¡Cómo que te mueres, idiota! –protestó Scarlet.
-Querida, dale tiempo. Es una noticia demasiado importante para tomarla con naturalidad –explicó Charles sonriendo.

Abracé a mi hermano y se escurrió entre los brazos hasta desplomarse sentado en el sofá.

-No puede ser… No puede ser –balbuceó.

Scarlet se cruzó de brazos.

-¡Claro que puede ser! Si lo que escucho pegado a mi habitación casi todas las noches son jadeos y gemidos, ¡por supuesto que puede ser!
-¡Scarlet! –protesté-. No seas ordinaria.
-Ay… ay… estoy feliz… Nosotros no planeamos nada… Yo… Yo no puedo creer como pasó.
-Pues pasó no gracias a la cigüeña precisamente, querido –sonrió Scarlet- ¿Quieres que te haga un diagrama o un dibujito de la secuencia?
-Scarlet… -murmuré.

Lenya se puso de pie de un salto y corrió hacia la escalera pero antes de subir se detuvo en forma abrupta.

-Ay, no… No puedo verla.
-¿Cómo que no? –preguntamos todos al unísono.
-No, No tengo anillo de compromiso. ¡No nos casamos y tendremos un bebé!

Arquee la ceja.

-¿Y eso que tiene que ver? –preguntó Bianca risueña.
-No, es que… no… Tenemos que casarnos ya mismo.
-¿Ya mismo? –preguntó Charles mirando alrededor-. ¿Y dónde sacamos un Juez de Paz?
-No importa, lo consigo, sí. ¡Voy por él!
-¿Te has vuelto loco? ¿A las dos de la mañana? –pregunté con los brazos en jarro.
-¡Ustedes no entienden! Liz será madre y no está casada.
-¡Y eso qué! –exclamamos al mismo tiempo.
-No está bien visto que tenga un niño y no esté casada.
-¿Este loco perdió la cabeza? –preguntó Scarlet.
-Lenya cálmate, yo creo que estás nervioso y… -dijo Bianca.
-¡Cómo no estar nervioso si voy contra el tiempo! Ella es madre soltera. ¡No es moral!
-¿Moraaaal? –preguntamos todos.
-¡Desde cuando te importa la moral! –me exalté.
-¡Desde ahora! ¡Seré padre y mi hijo tiene que estar orgulloso de mí!
-Tu hijo estará muy orgulloso de ti –la voz de Rodion se escuchó en la sala.

Bajó la escalera sin dejar de mirarlo. Lenya aguardó inmóvil.

Rodion se acercó con los ojos brillosos por la emoción.

-¿Así que me convertirás en abuelo?

Mi hermano asintió en silencio.

-Sé que todavía estás en shock, ¿pero cómo te sientes?
-Ahora, aterrado –murmuró.

Rodion sonrió.

-Es normal. Bienvenido a un mundo maravilloso, querido mío. Estoy feliz por ti.


Lenya.


Caminé por el pasillo de planta alta poco menos que temblando. ¿Qué le diría a Liz? No sabía cómo disculparme. Yo solo había pensado en estar juntos, enamorados, teniendo sexo, y despertarme entre sus brazos para escuchar sus “te amo”. ¿Cómo no pensé que podía quedar embarazada? ¿Cómo no medí las consecuencias de hacer todo prolijo y ordenado como correspondía a una dama como ella?
Inmóvil frente a la puerta titubee… Liz no se merecía enterarse que iba a ser madre en la situación de cualquier hembra soltera. Por supuesto que no era nada malo serlo, pero yo aseguraba que a “mi rubita” le gustaría vestir de blanco y dar el sí en un altar lleno de flores. No se parecía a Marin y sus sueños clásicos de un hogar. Sin embargo, ¿qué joven no sueña con el día de su boda? Joder… Lo había arruinado por no pensar en un futuro probable.

A la vez, el hecho de ser padre había movido los cimientos bajo mis pies. Ni siquiera sabía si había llegado hasta allí caminando o flotando. ¿Cuánto debía esperar para tenerlo en brazos? ¿Sería igual a ella? ¿Gozaría de perfecta salud?

Mi mano se apoyó en el picaporte pero no tenía valor de abrir la puerta. Liz debía estar triste, aunque deseara un hijo mío. ¿Y ahora? Ahora debía prometerle que me apresuraría con los trámites para convertirla en mi esposa. Respiré profundo y me animé a entrar.

Lo primero que vi fue parte de nuestra habitación a media luz. Las cortinas cerradas, la alfombra reluciente, parte de mi imagen en el espejo del ropero… Lucía asustado… Bueno ahí íbamos…
Entreabrí la puerta despacio y me asomé con timidez. La vi… Acostada de perfil hacia la ventana, espaldas a mí.

Abrí la boca y las palabras no salieron. Mejor… volvería cuando mi hembra habría descansado. Quizás en un par de horas. No… Mejor volvería cuando supiera qué decirle… ¿En un año o dos? Uf… ¡Vamos idiota qué cobarde eres! Aunque no era buena idea interrumpir el descanso. Había pasado tan mal los últimos días.

Cerré la puerta despacio mientras me retiraba silencioso, entonces… la escuché…

-Lenya.

Abrí la puerta apresurado.

-Ah sí soy yo… ¿Estás despierta?

Giró hasta quedar de frente y apoyó un codo en el colchón para incorporarse.

-Ven.
-¿Yo?

Sonrió.

-Sí, tú. Ven…

Extendió su mano y avancé lentamente con mis manos sudorosas por los nervios.

Me senté en la cama y cogí su mano.

-Hola, ¿cómo estás? –tartamudee.

Ella sonrió más.

-¿Estás nervioso?

Negué con la cabeza pero en segundos asentí.

-Un poco.
-¿Pero estás feliz?
-Lo dices por…
-Obvio. Lo digo por el bebé. El doctor me dijo que te lo diría.
-Sí, sí. Estoy muy feliz. Sin embargo…
-¿Sin embargo qué? –se asustó.
-Es que no nos hemos casado. Yo… lo siento…

Su sonrisa iluminó mi corazón y me dio un poco de ánimo.

-Mi amor. No importa ese detalle. De verdad. Soy tu hembra, eres mi macho. Formaremos una familia con o sin papeles. Eso es suficiente.

-Sé que a ti te hubiera gustado hacer las cosas correctas –murmuré cabizbajo-. Y no te cumplí.
-Tú ya me cumpliste ese día que juraste amor eterno. ¿Sigues sintiendo lo mismo por mí? ¿No te cansarás de que sea tu hembra toda la vida?
-No, nunca. Te amo. Te amo tanto que si tú no vives no viviré yo.

Se estiró hasta rozar mis labios.

-Tampoco viviré sin ti.

Sonreí contra sus labios.

-¿Puedo tocarlo?

Ella buscó mi mano y la guio a su vientre.

-Por supuesto. Siéntelo, está aquí. Aún no se mueve. Es muy pequeño.
-¿Muy pequeño?
-Así –dijo mostrando el tamaño de su uña.
-Oh… Es muy pequeño. Necesitará de muchos cuidados.
-Lo sé. Pero muy pronto notarás como crece cada semana, y también comenzará a moverse.
-Sabes mucho y yo no sé nada. ¿Seré buen padre?

Acarició mi mejilla.

-Serás el mejor padre del mundo.



Sebastien.



Estaba feliz por la noticia que Liz y mi hermano me harían tío. Imaginaba la dicha que sentiría Lenya con una noticia de semejante envergadura. Lo que también debí imaginarme es que su estado de aparente tranquilidad y equilibrio, léase shock, iría explotar en el momento menos pensado.

Nos encontrábamos en la gran sala del hotel Thon, en una reunión con nuevos inversores para la explotación del carbón en la Isla del Oso. Nos acompañaba Anouk muy elegante como acostumbraba. De pie junto a una pizarra improvisada que exponía un plano de las tuberías, vestía falda tubo negra con chaqueta, zapatos stiletto. Sus delicadas manos sostenían un fibrón negro y aguardaba mi orden para explicar el plano según sus conocimientos en arquitectura. Lenya escribía unas anotaciones mientras yo extendía unas carpetas a los seis futuros inversionistas. El camarero del hotel enviado por el principal conserje, servía una ronda de whisky de la mejor marca.

-Señor Gulbrandsen –pregunté a un caballero sentado a mi izquierda-, ¿ha podido solucionar el conflicto con sus empleados?

Bebió un trago de whisky y respondió negando con la cabeza.

-Mis ex empleados, señor Craig. Mi empresa no tiene posibilidad de retomar las actividades. Por eso me interesa no seguir perdiendo dinero.
-¿Podría sugerirles a alguno de ellos si desean continuar trabajando para usted? Supongo que antes de quedarse sin empleo.
-¿Cree que habrá posibilidades para ellos en la isla?

Iba a responder cuando Lenya exclamó golpeando la mesa con las palmas de las manos.

-¡Voy a ser padre!

Lo miré sorprendido, no por la noticia que ya conocía muy bien, sino por el énfasis que había puesto al transmitirla.

Anouk giró para fijar la vista en él, y cada uno de los inversores levantó la vista de la carpeta que leían y lo observaron con sorpresa. El camarero dejó de servir y también lo miró sorprendido.

Sonreí. Me puse de pie y prendí el botón de mi chaqueta. Rodee la mesa hasta llegar a mi hermano y lo palmee en el hombro.

-Caballeros, mi hermano y su mujer me darán un sobrino aproximadamente para septiembre.

Lenya me miró boquiabierta.

-¡Ah! ¿Septiembre? No había sacado la cuenta.
-Permiso, señor –el camarero se retiró en silencio.

Volví a sonreír y lo palmee nuevamente para tomar mi lugar en la mesa. Hice seña a Anouk que comenzara a explicar los pormenores de la construcción y explotación que ya estaba avanzada, pero Lenya volvió a interrumpir.

-¿Septiembre? ¡Es un mes hermoso! Me gusta el otoño.

Se escuchó un murmullo discreto. Carraspee.

-Bueno, sigamos caballeros, la señorita Gólubev les mostrará en qué consiste la inversión de ustedes y…
-¡Señor Hagebak!

El hombre de alrededor de cuarenta años de barba espesa miró a mi hermano.

-¿Usted ha sido padre?
-¿Perdón?
-Le pregunto porque tiene cara de haber sido padre, me gustaría saber su experiencia y esas cosas.

Anouk me miró de reojo y volvió la vista a la pizarra.

-No he sido padre, de hecho soy soltero y vivo solo.

Anouk me miró esta vez aterrada.

-¿Es gay? Porque no tendría nada que ver, podría adoptar y en ese caso supongo debe ser maravilloso también.
-No señor, no soy gay. Soy soltero sin hijos.
-¡Ah pues! ¡No se imagina lo que se pierde!
-Lenya -murmuré.

Sus ojos brillaron divertidos.

-¿Qué ocurre, Sebastien?
-Bueno… Yo diría que podemos seguir con el temita este… de las inversiones…
-Sí, claro.
-Okay. Anouk, por favor –señalé la pizarra.

La menor de los Gólubev no giró inmediatamente tras mi orden sino que aguardó en mi mirada la afirmación de que la reunión continuaría en los cánones normales.

Imposible otorgarle esa confianza ya que ni yo sabía si Lenya iría a callar la boca.

Asentí con la cabeza levemente y Anouk fibrón en mano comenzó a explicar con voz clara y precisa lo hecho hasta ahora en la isla.

A los tres minutos Lenya volvió a interrumpir. Lo había notado mirando la pizarra pero algo me decía que no estaba con las luces puestas allí.

-¡No puedo creerlo aún!

Silencio en toda la sala…

Él dio un vistazo a todos y sonrió.

-¡No se imaginan como me siento!

Tres de ellos sonrieron con disimulo.

-Lo felicito, señor Craig –dijo un caballero joven de alrededor de treinta años.
-¡Gracias, señor Raske! ¿Usted tiene hijos?
-Aún no.
-¡Qué pena!
-Lenya… -murmuré.
-Oh, siii. Sigamos con la reunión.
-Yo sí tengo hijos, señor Lenya Craig –vociferó uno de los inversores que se había mantenido al margen.
-¿No diga? ¿Qué puede contarme sobre su maravillosa experiencia?

Miré a uno y a otro varias veces con clara desesperación.

-¿Maravillosa? ¡No qué va, querido mío! Desastrosa, horrible, ni se imagina lo que pené.
-Pero, ¿por qué señor, Voll?
-Porque los hijos solo me han dado dolores de cabeza. En la primera etapa, señor Craig, olvídese de dormir, será imposible. Y del sexo con su mujer, ni que hablar. Ambos verbos serán desconocidos. Después vendrá la etapa de la sociabilidad y el colegio. Se hartará de las maestras enseñándole cómo debe educar, y que en su hogar seguramente debe haber problemas ya que la conducta del retoño da que hablar, siempre y cuando no lo expulsen del colegio y usted vaya por la ciudad rogando que se lo inscriban por piedad. Eso no es todo –Anouk depositó el fibrón en la canaleta de la pizarra y se cruzó de brazos. Yo estiré las piernas para relajar mis músculos tensionados-, cuando crea que ya llegaron a la madurez aunque haya dejado en esos años parte de su salud física y psíquica, se equivoca. Comenzarán a pedir y pedir dinero como si usted fuera un cajero automático y créame, tienen una facilidad y aprendizaje para gastar plata como nunca habrá visto en ningún ser humano. Usted no dormirá nuevamente porque faltarán de casa a la madrugada, se preocupará pensando que podría haberles ocurrido algo pero no, ellos estarán despilfarrando el dinero con el sexo opuesto hasta que caigan con embarazos y bodas no deseadas. Sin embargo no termina allí. No piense que se ha desligado de ellos sino que aumentarán sus gastos porque seguramente usted se compadecerá y les brindará una ayuda porque ellos son buenos para nada. Y si no se compadece, su mujer le dejará las pelotas tan llenas hasta que lo haga.
-¡Qué horror!

La voz de Anouk se escuchó y con ella sus pasos de tacos finos avanzando hacia el señor Voll.

-Usted habla por su experiencia. Mis padres están felices de tenernos. Somos cinco hermanos y ellos están orgullosos.
-Eso cree usted, señorita, quisiera escuchar a sus padres sobre el tema.

Me puse de pie.

-Okay, caballeros, dejemos el tema de los hijos y volvamos a la inversión. Para eso están aquí.
-Yo creo que usted no ha sido tan buen padre.
-Anouk… murmuré.
-¿Cómo puede acusarme de algo así?
-Por favor –traté de calmar los ánimos.

Imposible… Imposible calmarlos, imposible frenar la discusión en la que ya se habían sumado casi todos los miembros de la reunión, imposible cerrar las inversiones…

Cuando salí a la intemperie junto a Anouk, la noche estrellada y fría me envolvió como manto de nostalgia. Lenya había logrado que regresara al pasado con su gran entusiasmo por ser padre. Me vi muchas veces con Douglas de pequeño, acompañándolo a cada paso, sufriendo y alegrándome por infinidad de momentos compartidos. No podía decir que veinte años junto a él eran toda una vida, sin embargo si me preguntaran sobre ella diría que el sentido de mi existencia había comenzado con mi hijo. No había nada tan importante que mencionar sino recordaba primero algún hecho junto a Douglas.

Los hijos… Su existencia, la razón de las mejores y privilegiadas dichas. Su pérdida o desaparición… el dolor más grande que debía existir.

Anouk siguió mis pasos muy enojada.

-¡Qué humano idiota! ¡Viejo resentido y amargado! ¡Un mal follado!

La miré sorprendido y se detuvo de forma abrupta. Llevó la mano a la boca y horrorizada se disculpó.

-¡Ay perdón! –lloriqueó-. ¡Perdón! Esa es Rose y su bendita boca, me ha contagiado. ¡Pido disculpas!
-Está bien Anouk, no es para tanto.
-¡Sí, lo es! Una señorita no debe hablar así, menos una Gólubev.

Sonreí.

-De verdad, no hay de qué disculparte. Aunque te aconsejo que tus padres nunca te escuchen, dirán que te he arruinado.

Sonrió.

-No, tú me has tratado muy bien y me has guiado perfectamente. Solo que yo… últimamente… No sé… Estoy extraña. Perdón nuevamente.
-Vamos, no te preocupes. Sube al coche. Mañana empacas y nos dejas, así que trata de descansar.

Apenas Anouk se adelantó bajé los tres escalones que me separaban de mi hermano. Él estaba sentado en el primer peldaño con las piernas abiertas en actitud de agotamiento. Escuchó mis pasos y miró hacia arriba para encontrarse con mis ojos.

-Lo siento, lo he arruinado.

Sabía que debía llegar a la mansión cuanto antes porque ya se había hecho tarde y Bianca debía estar preocupada pero mis ganas de unirme en ese sentimiento que taladraba a Lenya desde que se había enterado de su paternidad, pudo más.

Me senté a su lado…

-No te preocupes, no ha sido grave después de todo. Los que están interesados volverán a comunicarse, el resto… el resto no importa, conseguiremos más inversores.

Fijó su vista en las baldosas de la acera.

-No seré buen padre.
-¿Por qué no?
-No sé… Me da esa sensación que no podré cumplir con lo que deba hacer correctamente.
-¡Claro que podrás!
-Tú lo dices porque te ha salido todo bien.

Suspiré…

Recordé el día que Douglas me confesó que había consumido droga por primera vez. ¿Dónde estaba yo? ¿Cómo no había podido darme cuenta que la mala junta de esos imbéciles lo llevaría por el camino equivocado? Sin embargo no le di la importancia que hubiera tenido.

-No te creas –murmuré.

Me miró detenidamente.

Observé el cielo azul profundo decorado con una incipiente aurora boreal.

-No soy un ejemplo ideal.

Un silencio nos rodeó. Silencio demoledor. Ese que usas para pensar en cuántas veces te has equivocado.

-Eres un buen padre –murmuró sin dejar de mirarme.

Sonreí con los ojos húmedos.

-A veces creo que Bianca no desea un hijo porque tiene temor de cómo enfrentaré una nueva experiencia.
-No es por eso. En el fondo lo sabes. Miedo, claro que lo tendrá. Sin embargo no es por tu rol sino por el suyo propio.
-¿Estás seguro?
-Por supuesto. Quisiera poder criar a mi hijo como lo has hecho tú. Dándolo todo.

Sonreí y lo miré.

-Estoy convencido que lo harás. Somos hijos de Adrien Craig. Llevamos en la sangre sus genes y su mayor virtud fue la de ser un buen padre.

Asintió con la cabeza y palmeó mi rodilla.

-Vamos, Anouk comenzará a protestar.











14 comentarios:

  1. Jajajajajaja pobre Lenya....le va a dar algo.
    Presiento que será un gran padre...sobreprotector y celoso pero un papá genial.
    La que lo va a sufrir es Liz...ya veo q no la dejará ni respirar en paz.
    Me hiciste reir nena...adoré como siempre

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Ale! Siii, es de terror. Tenés razón pobre Liz.
      Y lo que falta aún en nueve meses. Me encanta que te haya hecho reír. Eso es genial. Un besazo y gracias! Te quiero mi sol!!

      Eliminar
    2. Me da cierto paralelismo con gente que conozco (conocemos) que tambien supongo eventualmente sera padre....pobre novia te imaginas???? 😂😂😂😂

      Eliminar
    3. Mira lo imagino como si lo viera frente mío. Jajajajaja

      Eliminar
  2. Uy que tierno que es Lenya, adoro a ese personaje me encanta que el y Liz estén bien y ahora esperando familia. Van ser geniales como padres,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Citu! Lenya es adorable para nosotros porque para Liz creo que será asfixiante. Será divertido. Muchas gracias por leerme y comentar. Pasaré por tu blog cariño ahora que estoy de vacaciones. Un besote grande.

      Eliminar
  3. Siii pegue!!!!
    Van hacer padres que noticia más bella y Lenya esta que no cabe de felicidad anda tan emocionado que no sabe ni que hacer jejeje que bello él, Liz y Lenya van hacer unos padres excelentes, muchas gracias Lou por el capitulo me encantó!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Lau! Gracias por pasarte. Siii serán padres para septiembre así que esperemos con paciencia.Será difícil para Lenya y creo que para Liz aguantar a Lenya jajajaja. Pero seguimos en esta aventura de los Craig. Muchas gracias cielo un besazo

      Eliminar
  4. Hola Lou... Este capítulo ha sido encantador de verdad
    Me alegra que Liz no tenga nada malo, y estoy segura de que Lenya será un excelente padre
    Como muy bien ha dicho Sebastien... son hijos de Adrien, y Adrien fue muy buen padre
    Bueno, en la reunión se ha hablado de todo menos de lo que se debía ;-)
    Creo que la nefasta experiencia del señor Voll no ha servido para calmar al pobre Lenya ;-)
    Lo dicho, creo que Lenya será un buen padre... de hecho, ya lo está siendo
    La familia Craig se agranda por momentos ;-)
    Un capítulo que he disfrutado mucho
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Mela! ¡Qué alegría saber que lo has disfrutado! Ese era mi objetivo para con el lector, pasar un rato ameno y divertido. Claro está que al parecer Lenya esta bastante obsesionado. Esperemos que Liz tenga paciencia. Y sí son hijos de Adrien y el líder de los vampiros siempre actuó buscando lo mejor para ellos, incluso para quien era hija del corazón.
      Un besazo enorme amiga y gracias por leerme y comentar.

      Eliminar
  5. He vuelto con la lectura! Lenya no puede ser tan tierno, es divino. Y con respecto a su miedo sobre si va a ser un buen padre... por supuesto que lo será, va a ser la clase de padre que siempre quiso tener!
    Te quiero bella!♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola belleza! Qué gusto tenerte por aquí nuevamente.
      Lenya será excelente padre, eso supongo.Con Liz será sobreprotector por lo que llego a adivinar. La familia Craig se agranda y llegarán nuevas sorpresas. Un gusto compartirlas contigo. Un besote enorme y gracias como siempre!

      Eliminar
  6. vaya, Lenya descubrió el hilo negro,,,,muy ameno tu capítulo como siempre,,,abrazos amiga,,LOU

    ResponderEliminar
  7. ¡Gracias por comentar amigo Lobo! En la semana pasaré por tu bello blog. Te envío un abrazo enorme.

    ResponderEliminar