En el próximo capítulo lo que muchos estaban esperando desde Mirada Borgoña. Además, nuestra pequeña Gloria abre la boca y deja escapar esas frases que nos dejan sin respiración. Habrá que esperar para ello.
Que disfruten el capi y háganme saber si les ha gustado.Muchas gracias.
Capítulo
10
Seguir
camino.
Drank.
Hoy
el cielo lucía encapotado y gris. Mucho frío acorde a diciembre aunque no
nevaba. Para ser justos caía agua nieve constante y la ventisca no aflojaba. Mi
padre había viajado a Drobak para encontrarse con la famosa Jacqueline y para
conocer a su hija ya que no había podido tener ese privilegio antes que
viajáramos a Kirkenes para comenzar una nueva vida.
Douglas
y su hermano Numa habían venido a visitarme hacía unos días y habían dejado la
moto de un tal Anthony de los Craig para que yo la usara. Al principio me negué
porque creí que era una gran responsabilidad tener un vehículo ajeno y que
quizás lo necesitaría, pero ambos insistieron que el vampiro viajaba muy a
menudo a Paris o a Moscú con su familia y la moto se encontraba en el garaje sin
darle utilidad.
Los
nietos de Adrien Craig se quedaron esa tarde conmigo y bebimos unos cafés
mientras me contaban sobre el centro de Kirkenes y los nuevos horarios
invernales de los negocios. Kirkenes durante la helada estación permanecería a
oscuras las veinticuatro horas y supuse que debía acostumbrarme a las noches
eternas al menos por un tiempo.
Ambos
me caían muy bien. Un poco más Douglas que Numa pero solo por el hecho que
el joven de ojos color sangre era más callado y parecía estudiar cada
movimiento. Bueno, en realidad no sabía si deseaba chupar mi sangre o apostaría que siendo hermano y amigo de Douglas podría ser que sintiera
una pizca de celos al notar lo bien que nos llevábamos. Nadie puede negar que si
eres nuevo siempre notas parte de reticencia en algún grupo, hasta que te
conocen y les agradas. Porque no dudaba que yo era alguien sociable y amistoso,
al menos así lo era. ¿Ahora? No sabía afirmar con seguridad. Muchos cambios en
poco tiempo. Casa, familia, ciudad, amigos, salud, Liz… Liz, la cual debía
olvidar por completo y quitarme la idea que estaríamos juntos.
Louk
vino por mí invitándome a la reunión de hombres lobo donde se discutían una vez
a la semana temas de interés. Lo acompañé no sin antes rogarle que no me
hiciera partícipe de la reunión ya que no entendería nada y no era justo que
alguien humano se metiera a opinar. Mi flamante amigo tan alegre y
extrovertido después de mandarme al cuerno insistió que si no ponía parte de mí
todo se haría más difícil y que nadie se atrevería a decir ni “pío” estando
Bernardo como cabeza de la reunión. Que además si se me antojaba expresar
alguna idea brillante que no lo dudara y la expusiera que él iba a apoyar lo
que dijera. Reí y retruqué. “calla Louk, tampoco puedes abogar por algún
disparate que diga”. A lo que me contestó sonriendo, “tú no eres la clase de humano
que dice idioteces”.
Cuando
el reloj marcó el mediodía aún estaba sentado en un rincón, callado,
observando y escuchando la charla de Bernardo sobre la nueva escuela en la
reserva. La construcción era trabajo de un grupo de lobos incluso los asientos
de los futuros niños serían comprados y traídos desde Oslo. No serían de madera
sino de caño y vidrio ya que había que mantener un equilibrio con la reserva de
árboles y cuidar la ecología. Todo tenía su punto justo y aquellos seres que en
las historias paranormales parecían salvajes y básicos, pensaban y actuaban
mejor que muchos humanos.
¿Si
sabía de historias paranormales? A decir verdad por la boca de Liz. Nunca se me
hubiera ocurrido comprar un libro de ese género y características.
Eché
un vistazo alrededor de la sala de esa cabaña construida especialmente para
reuniones. No había más que sillas y algunas mesas. Grandes ventanales en cada
pared hecha de troncos. Gracias a ello podías tener la visión a la redonda del
bosque. ¿Cuál sería el objetivo? ¿Estar atento a cualquiera que se aproximara
ajeno a los lobos? Podría ser.
-Bebe,
está caliente y es un día especial para un café.
La
voz me llegó desde la izquierda. Era Tim.
Cogí
la taza y sonreí.
-Gracias,
está haciendo mucho frío.
-Y
hará mucho más el próximo mes.
Arrimó
una silla a mi lado y se sentó.
Bebí
un trago y sentí el dulzor agradable a través de la garganta.
-¿Lo
bebes amargo? –preguntó al ver mi imperceptible gesto.
-No,
está bien, gracias.
La
voz de Bernardo se escuchó en todo el salón y luego le siguieron risas. No
había prestado atención pero Tim acompañó la supuesta broma riendo.
Yo
estaba allí presente en esa reunión, pero a la vez no estaba allí. Era extraño.
Mi cuerpo permanecía sentado en ese sitio sin embargo era como si mi alma se hubiera
desprendido y andaba perdida por ahí. Bueno, perdida no. Perdida es cuando no
sabes dónde está, y yo sabía… Parte en Drobak, parte en la mansión de los
Craig.
-Sabes,
que si necesitas hablar… Sé que tienes a Louk como amigo, pero no está demás.
Lo
miré…
-Gracias.
Estoy bien. Ya me acostumbraré, necesito tiempo.
-No
lo dudo. Eres un humano sociable. Eso se nota. Solo que estás… ¿Cómo decirlo?
Te han ocurrido muchos hechos fuertes y para cualquiera… -dudó unos instantes,
después siguió-. Muchos conocemos que escapaste de la muerte gracias a Adrien
Craig… padre de Lenya y Sebastien. También sobre…
-¿Que
fui pareja de Liz?
Nos
miramos. Asintió.
-No
te preocupes, no haré nada incorrecto e inmoral.
-No
busqué el tema por esa razón.
-¿A
qué temes si no es a que desate la guerra entre las dos razas?
Sonrió
con pena.
-No,
los vampiros y los lobos somos muy inteligentes como para enfrentarnos por un
conflicto que puede solucionarse hablando y dejando las cosas claras. No… No
somos humanos. Lo que me preocupa eres tú.
Bajé
la cabeza después de beber un trago de café.
-¿Cómo
estás respecto a ese tema? No pretendo que me cuentes lo que te haga sentir
incómodo…
-Está
bien, no me molesta. Gracias por preocuparte. Lo que ocurre es que ni Louk ni
tú entenderán lo que siento.
-Quizás.
Hubo
un silencio entre los dos el cual aprovechamos a beber el café. Después Tim
habló sobre su vida.
-Mi
esposa murió en un accidente de tránsito. Estábamos esperando un bebé.
El
café se me atragantó en la garganta.
-Lo
siento.
-Gracias.
Fue hace muchos años. Cuando ocurrió… Cuando ocurrió quise morir con ellos. Mi
vida no tenía sentido, ninguno.
-Lo
imagino.
-En
sólo segundos me quedé sin mi hijo y sin el amor de mi vida.
Un
silencio cubrió alrededor. Ya no escuchaba ni siquiera las conversaciones del
resto de los lobos. De inmediato se representó la imagen de lo que habría sido
para Tim ese golpe tan devastador.
-¿Cómo
te sobrepusiste? –murmuré.
-De
a poco. La vida te sacude pero no te deja desprovisto de todo. Te da armas para
que puedas salir adelante. Debes saber dónde encontrarlas y cómo usarlas.
-Sé
que muchas personas deben sufrir más que yo, pero…
-Pero
es difícil, lo sé… Yo… Debí entender ante todo que lo ocurrido era
irreversible. Aprender a vivir con ello. Por más que llorara noches enteras y
gritara mil maldiciones, ellos no volverían –dio un respiro y continuó-.
Entonces, un día, a punto de tomar una decisión trágica tuve un amigo que me
sacudió.
-¿En
sentido literal?
Sonrió.
-En
todos los sentidos. Sí… Me dio un par de trompadas.
Reí.
-Agradezco
que no recurras a eso.
Ambos
nos mantuvimos en silencio, pensando quizás cada uno en su vida. Solo cuando
Sabina con los niños entraron al salón levantamos la vista para verla sonriente.
Me
hacía mucho bien hablar con Tim. No deseaba que termináramos la charla. Supongo
que enterarme que hay seres que lo pasan muy mal y salen adelante es un
aliciente si no estás atravesando tu mejor momento. Así que lo miré y le
confesé el problema.
-Sigo
enamorado de Liz, la amo, ella ya sabes… Ella ama a Lenya. El hecho es que no
me entiende… Me gustaría que Liz comprendiera que no puedo estar a su lado sin
que la piel se me erice completamente y el corazón me lata rápido. Siento que
estando ella cerca y en contacto a menudo no puedo comenzar nuevamente. No
quiero lastimarla y… a la vez…
Él
me miró fijo unos segundos.
-¿Sabes
Drank? Cuando mis seres amados fallecieron, mi suegra se refugió en mí. Venía a
menudo y me hacía compañía. Sin embargo, dentro de su tristeza que de alguna
forma querría compartir, no se daba cuenta que estaba siendo egoísta. Egoísta
conmigo porque yo necesitaba no olvidar, pero sí recomponer mi corazón. Ver las
fotos que ella me traía y las anécdotas que me contaba… No estaba ayudándome.
Entonces debí tomar la horrible pero justa decisión de hacérselo saber. Créeme
que me dolió más que a ella.
-¿Se
alejó de ti?
-No
del todo. Al menos dejó de visitarme por un tiempo. Volvimos a encontrarnos y
hasta pudimos conversar de mi esposa. Porque ya estaba recuperado del dolor,
aunque no quiere decir que olvides, aprendes a quedarte con lo bueno que la
vida te regaló, así sea por el tiempo que sea. Y me pregunté… ¿Hubiera sido
mejor no haberla conocido nunca? No, no hubiera sido mejor. La amé y fueron
tiempos inolvidables por más dolor que sentí cuando partió. Te pregunto, ¿vale
la pena lo vivido con ella aunque sepas que ella jamás será tuya otra vez?
-Sí,
valió la pena.
-Habla
con ella.
-No
sé cómo tomaría Liz…
-Pues, coge al toro por las astas. Porque te diré una cosa, la familia y los amigos
siempre harán cosas por ti y te apoyarán pero nadie, escucha bien, nadie mejor
que tú cuando se trate de salir adelante.
-¡Holaaaa
Drank!
La
voz cantarina de Gloria me hizo sonreír. Corrió hacia mí con una alegría
contagiosa.
-¡Hola
hermosa!
Tim
se hizo el ofendido.
-Oyee,
¿estoy pintado?
La
niña se detuvo frente a nosotros y lo miró levantando la ceja.
-También
te he saludado, Tim. Tú no me has escuchado.
-Mmm…
No sé.
-Sí
que te saludé –Gloría pateó el piso enojada.
-Okay,
okay –rio Tim- te creo, te creo.
Sabina
llegó hasta nosotros con Yako en brazos. Nos pusimos de pie.
-Dios,
¡cómo pesa este crío!
Reímos.
-¿Por
qué no te sientas? Te traeré un café.
-Oh
no Tim, debo ir de compras al centro de Kirkenes, Bernardo dijo que la reunión
terminaría cerca de la una y… –echó un vistazo a su marido que parecía muy
ensimismado en unos planos junto a tres lobos-. Buenooo, okay, te agradezco ese
café.
-Vale.
Sabina
se sentó a mi lado y los ojos canelas de su niño me miraron sorprendidos. De
inmediato estiró su manito y rozó mis cabellos intentando coger un mechón.
Reímos.
-Creo
que le llama la atención tu color, es parecido al de su hermana.
-Cierto.
Cogí
su mano tan pequeña y regordeta y la acaricié entre mis dedos. Rio ante las
cosquillas.
-Ey,
Yako, ¿qué está haciendo Drank? ¿Cosquillas? Mira a papá –sentó al niño en sus
rodillas-, llámalo fuerte, anda, a ver si conseguimos ir a comprar.
Sonreí.
De
pronto presentí la mirada de Gloria en mí. Desvié la vista de Bernardo que ahora
hablaba apartado con Louk y efectivamente un par de ojos caramelo me miraban
fijos.
En
cuanto mi mirada se cruzó con la de la niña sonreí.
-Tú,
¿qué tal el colegio?
-Drank,
no voy al colegio, es invierno.
-Ah,
perdón –reí.
-¿De
dónde vienes se va al colegio en invierno?
-No,
tienes razón es igual que aquí.
-Lo
ves, no es tan diferente…
Dudé
si se refería a todo lo que incluía Drobak y Kirkenes. Me dio esa sensación.
Louk
llegó enfadado.
-Vamos,
debo ir a Kirkenes para encargar varios objetos para las aulas.
-Okay.
Me
puse de pie.
-Louk,
¿por qué no esperas y te alcanzamos con Bernardo? Nosotros debemos ir al
centro.
-No
gracias Sabina, iré por mi cuenta.
Lo
seguí apresurado hasta la puerta hasta que se detuvo ante la voz de Bernardo.
-¡Louk!
¡Piensa lo que te he dicho!
Mi
amigo rodó los ojos.
-¡Y
no me rodees los ojos, jovencito! ¡Lo digo por tu bien!
Salimos
de allí casi volando. Por el camino blanco de nieve me animé a preguntarle el
motivo de su enojo, pero encogió los hombros y bufó.
-Tonterías
de Bernardo.
-Okay…
Hoy es mi día libre pero si quieres te acompaño al centro de Kirkenes. No tengo
nada que hacer.
-Vale,
vamos por mi furgoneta.
……………………………………………………….....................
Ya
en el centro compramos varias cosas que Bernardo necesitaba para comenzar a
armar las aulas aunque fuera los últimos detalles como pizarras, cajas de
tizas, papel oficio, carpetas y rollos de papeles celofán de colores. Cargamos
en la furgoneta y decidimos comer algo en un restaurante pequeño al que Look nunca
había visitado. Ya sentados junto a una ventana que daba a la avenida principal
mirábamos la lista que nos había dejado el mozo. De inmediato me decidí por
hamburguesas con tomate, lechuga, huevo, y patatas fritas, me encantaban. Louk
se mantuvo mirando la lista recorriendo con los ojos una y otra vez sin
decidirse.
El
mozo llegó y le dije que deseaba, pero él me preguntó por el código de la
orden. Busqué el número correspondiente a las hamburguesas y después a las patatas
fritas.
-El
12 y el 24, gracias.
Louk
miró la lista sin decidirse aún.
-Fíjate
lo que quieras y dile el número que tiene al lado –dije impaciente.
Finalmente
cerró la lista.
-Pediré
lo mismo que él –ordenó al mozo.
-Muy
bien, caballeros.
Cuando
el mozo se fue, reí.
-Oye,
por un momento creí que no sabías leer.
Bajó
la vista y murmuró.
-No
sé leer.
Quedé
sin palabras… Aunque por suerte reaccioné rápido.
-Bueno,
tampoco es la muerte de nadie.
Me
miró y sonrió burlón.
-Lo
que más me gusta de ti como amigo es que no sabes mentir ni disimular.
Bajé
la vista, encogí los hombros y volví a mirarlo.
-Dije
la verdad, no es la muerte de nadie… Cierto que es extraño en estos tiempos… ¿Por
qué no aprendiste? ¿No has querido?
-Antes
cuando era niño sí, pero no me daba la cabeza… Después, me dio vergüenza ir al
colegio de tan mayor.
-Son
tonterías. Debiste buscar a alguien que te diera clases particulares.
-No
tengo memoria, al menos para aprender y retener. Eso dijeron los médicos a mis
padres.
-Pero
si tú eres muy inteligente, Louk. Quizás tenías un problema pero con esfuerzo…
Negó
con la cabeza rotundamente.
-No
deseo que nadie se burle de mí cuando intente enseñarme hasta a deletrear.
El
mozo trajo el pedido, poco después se retiró y volví a insistir.
-Oye,
¿tú crees que yo me burlaría de ti?
-No.
-Entonces
seré quien te enseñe.
-Tú
tienes mucho que hacer como yo, no estamos para perder el tiempo.
-No
estaría perdiendo el tiempo. Ayudar a un amigo no es perder el tiempo. Además
siempre hay un hueco en el día. Es importante, Louk. ¿Bernardo, lo sabe?
-Sí, eso estaba diciéndome antes de salir de
la reunión. Lo sabe mi chica y mi abuela, ahora tú.
-Debes
intentarlo, no tengas miedo. Se te abrirá un mundo nuevo y maravilloso.
-Lo
sé. No… Por ahora yo… prefiero no intentarlo. Si no llegara a poder…
-¡Cómo
que no podrás! Sí podrás aunque te lleve un año o dos, lo que sea.
Sonrió.
-Déjame
pensarlo.
-No
me engañes. A pesar del poco tiempo creo que somos amigos de los buenos, ¿o me
equivoco?
Se
apresuró a afirmar.
-No
lo dudes. Lo supe en cuanto te conocí.
…………………………………………………………....................
Louk
me dejó cerca de casa y arrancó el motor siguiendo el sendero irregular a la
izquierda donde se hallaba la cabaña de July. Posiblemente pasarían juntos el
resto del día como los enamorados que eran. Yo… quizás viera un poco de TV. Una
de las primeras adquisiciones que decidí comprar con el flamante sueldo. Mi
amigo dijo que llevaría las compras a Bernardo más tarde porque necesitaba
hablar con él. A lo mejor sobre el tema de aprender a leer y escribir, así que creí
conveniente no insistir en ayudarlo a descargar.
Caminé
saltando entre las matas congeladas escuchando el quiebre bajo mis botas
de algunas ramas caídas desde la última tormenta. Después, silencio… Mucho
silencio… En las madrigueras las hembras de distintas especies esperarían la
llegada de la primavera para salir a mostrar sus crías con orgullo. Entonces,
estas vastas tierras ahora cubiertas de blanco con la noche pintada en el cielo
se tornarían en colores verdes en distintos tonos, y el sol, astro rey, se
dejaría ver por fin. ¿Qué sería de mi vida en estas tierras tan particulares
llenas de licántropos, e historias y leyendas misteriosas? ¿Qué sería de mí, un
humano entre tantos seres diferentes?
Me
detuve sintiendo una brisa helada que venía del oeste, donde el mar furioso
golpearía contra las rocas milenarias.
Bajé la vista, observé mis botas hundirse en la fina capa de nieve. Bajo
el manto inmaculado, la tierra… cubierta pero existente. Estaba allí, esperando
la estación del deshielo para mostrarse con todos los nutrientes y brotes que
guardaría cada año celosamente. Allí, bajo ella, hubiera estado yo… Muerto. Sin
disfrutar lo que ahora mis ojos contemplaban aunque fuera este paisaje estático
y helado. Si la enfermedad hubiera triunfado, si Lenya no se hubiera
sacrificado, si Adrien no hubiera querido… nunca hubiera salido de Drobak ni
pisado Kirkenes… ¿Valía la pena seguir caminando por este mundo como autómata,
sin ilusiones? Quería creer que sí.
Recordé
las palabras de Tim… Había que salir de las terribles pruebas de la vida.
Siempre con entereza y honor. ¿Acaso no había vivido de esa forma? ¿Por qué
costaba tanto continuar con mis reglas? ¿Por qué el juego había cambiado? No…
Algunas de esas personas habían cambiado. Ya no serían las mismas para uno. Por
más dolor que nos causara era como decía Tim. No podía quedarme a llorar por lo
inevitable. Y el amor de Liz por su vampiro, era algo inevitable.
Era
yo que debía apartarme y seguir camino de una buena vez. Sin embargo, sentía
que algo aún no me permitía sentirme libre al margen de seguir amándola. Debía enfrentar y hablar claro porque para este paso tan
doloroso necesitaba su ayuda.
Al
dejar atrás los pinos más altos, la luz de mi cabaña iluminaba aquel pequeño
jardín improvisado. Mi padre se empecinó
en plantar diez violetas de los Alpes bajo la ventana para darle un toque de
alegría pero no había surtido efecto y los retoños no prendieron.
Pero
quien estaba plantada como soldado haciendo guardia en mi puerta era Bua, una
bella chica de cabellos largos y ojos castaños, bueno… Una bella loba. Bua era
la tercera hija y la única hembra de cinco hermanos. Algunos trabajaban en la construcción.
Parecían ser una familia muy unida y afectuosa.
Como
escuchando mis pisadas, esas que a mis oídos les era imposible percibir, giró su
perfil iluminado por la lamparilla del portal y me miró avanzar.
No
distinguí si sonreía, lo adiviné.
Ya
Louk me había comentado que algunas de las lobas estaba tras de mí, y que una
de ellas era Bua. No pregunté a mi amigo como lo haría cualquier hombre, “¿y
qué tal está?” O aunque sea, “háblame un poco sobre ella”. No… La verdad que no
me interesaba demasiado enredarme en amoríos. Sin embargo, ese día Tim me había
dejado una enseñanza a la que no pensaba
desaprovechar. Yo sí creía en el destino. Estaba convencido que en la vida hay
hechos que te llegan por una causa. Quizás mi enfermedad me hubiera abatido y
yo no existiría si Liz no hubiera tenido a Lenya a su lado, amándola tanto.
Quizás él debió cruzarse no solo para hacerla feliz sino para salvarme de la
muerte. Por eso creía que Tim no se había sentado junto a mí por pura
casualidad. Algo o alguien lo llevó a hablar conmigo, a contarme su historia, y
a recordarme la conjugación del verbo “luchar”.
Llegué
hasta la puerta de mi cabaña apresurando el paso. Ella quitó sus manos de los
bolsillos de su abrigo y acomodó el cabello caoba bajo la gorra.
-Hola
Drank.
-Hola
Bua. ¿Qué haces por aquí? ¿Me esperabas?
Ella
asintió con la cabeza sin dejar de sonreír. Al acercarme el perfume a violetas
inundó mi nariz. Era delicioso.
No
sabía que decir, creo que la falta de entrenamiento me superó, aunque Nina había estado
muchas veces conmigo. Pues, invitarla a entrar a casa era lo más
lógico. Hacía frío, parecía de noche aunque serían las cinco de la tarde, y no
daba para tener una dama de pie aunque se quedara poco tiempo.
-¿Quieres
pasar?
-Gracias.
Louk me dijo que habías llegado con él hace un rato.
-¿Louk?
¿Cómo hiciste para llegar hasta aquí antes que yo?
Bua
rio.
-Cogí un atajo por el monte, además… corro rápido –guiñó un ojo de largas pestañas.
Sonreí.
-Lo
había olvidado. Eres una loba.
-Pero me gustaría que te olvidaras que somos tan distintos –sus ojos destellaron
brillo-. Quiero decir, podemos ser amigos como cualquiera de los humanos.
-Claro
–sonreí.
En
ese instante una voz atravesó el bosque llamándome. La piel se me erizó por
completo, la respiración se detuvo, la garganta se secó…
-¡Draaaank!
No
giré a mis espaldas de inmediato. Quedé petrificado al escuchar su voz. Liz…
-Creo
que te buscan –murmuró Bua.
Asentí
con la cabeza tragando saliva y giré lentamente para contemplarla correr hacia
mí.
-Mejor
me voy –dijo Bua.
La
miré con súplica.
-No,
quédate por favor.
Caminé
hacia Liz mientras ella llegaba con esa alegría desbordante y contagiosa que
tenía siempre.
-¡Hola!
Me
dio un beso en la mejilla y me miró sonriente.
-¿Qué
haces aquí? Digo… A esta hora… Con esta oscuridad.
Ella
rio.
-Drank,
si espero a que salga el sol para visitarte no te veré en meses.
-Ah
sí… Pero… Sucede que…
-¿Sucede
qué?
Titubee,
joder era difícil.
-Ah,
ya sé. Mira, Lenya sabe que estoy aquí. No te preocupes. No me puso objeción
para visitar a mi amigo.
-Comprendo…
De todas formas no sabía que vendrías y…
Liz
espió por mi costado derecho.
-Oh,
lo siento, tienes compañía. Perdón, debí avisar pero como no contestas el móvil
ni respondes mis mensajes.
-Es
que he estado ocupado.
-Drank…
No me mientas, a mí no. Sé que te incomoda por Lenya pero de verdad que está
todo más que claro y…
-No,
no está claro –la interrumpí.
-No
entiendo.
Bajé
la mirada.
-Dime,
la verdad. ¿Cuál es el problema que venga a visitarte? Si tienes una novia
celosa pues ya le dices que no te desprenderás de tu amiga.
-No
tengo novias mucho menos celosas. Es que…
-¿Es
qué?
-Yo…
Necesito que me des un tiempo para poder olvidarte, me refiero… A vivir
sabiendo que no me amas ni me amarás jamás.
-Pero…
Drank… Yo creí que…
-Creíste
mal, Liz. Es cierto que no he insistido contigo pero no se trata de lo que
ya no siento por ti porque sigo enamorado como el primer día. Se trata de
hacer lo correcto con alguien que me salvó la vida.
Ella
me quedó mirando.
-Drank,
¿qué estás intentando decirme? ¿No me quieres ver?
Mis
ojos estaban fijos en sus ojos. Era tan difícil pronunciar aquellas palabras
que a la vez me partían el corazón en mil pedazos. Estaba rechazando al amor de
mi vida. Estaba pidiéndole que no nos viéramos por quien sabe cuánto tiempo.
-Sí,
Liz. Estoy pidiéndote que no nos veamos por un tiempo.
El
azul de su mirada se humedeció.
-No
puedes pedirme eso.
-Sí,
puedo. Tengo derecho a ser feliz.
-¿Yo te hago daño?
-Sí.
Sin quererlo pero me lo haces.
-No
puede ser… No puedo creer que después de…
La
miré fijo.
-Dilo,
¿después que hiciste tanto por mí?
Negó
con la cabeza mientras las primeras lágrimas rodaban por sus mejillas.
No
pude con el impulso y me acerqué para abrazarla, pero ella se echó atrás.
-No
me toques. Eres un egoísta.
-¿Yo,
egoísta? No, Liz. Solo quiero ser feliz y para eso necesito arrancarte de mi
corazón.
-¡Tú
no sabes lo que te quiero, Drank! ¡Nunca vas a saber lo que sentí cuando leí
esos malditos análisis que mostraban tu mínima probabilidad de vida! ¡Tú no
sabes lo que he sufrido! ¡Eres injusto!
-¿Injusto?
¡Tú eres la que no sabe lo que es contar los días para verte desde que
abandonaste Drobak con tu hermana! ¡Tú no entiendes lo que es escuchar a la
mujer que amas como se enamoró perdidamente de otro ser! ¡Cómo es imaginarla en
otros brazos noche tras noche! ¡Tú eres la que nunca sabrá lo que es renunciar
sin la menor queja y absoluta resignación al amor de tu vida! ¡Maldita sea,
Liz! ¿Por qué no me entiendes?
Me
miró por unos segundos con rabia, después con tristeza e impotencia. Se secó
las lágrimas y respiró ´profundo.
-Muy
bien, si eso es lo que quieres. No me volverás a ver.
-Liz…
Por favor…
Giró
y echó a correr por el sendero.
Por
poco, por muy poco, no salí tras ella. ¿Pero acaso no era lo que le había
pedido?
Miré
hacia mis espaldas. Bua estaba sentada en los escalones de troncos del portal.
Cerré
los ojos… ¿Esta había sido la parte más difícil? Imposible saberlo. Porque para
eso debía dejar pasar el tiempo y hoy solo sentía ganas de morir.
………………………………………………………………………
Bua
se ofreció a preparar café mientras me dejaba caer en el sillón. Tenía
necesidad de explicarle a Liz que no era desagradecido y que nunca olvidaría
todo lo que había hecho por mí. Sin embargo no se trataba de olvidarme de ella
para siempre, de hecho jamás podría. Quería la oportunidad de intentar
rehacer mi vida sin esos sueños que una y otra vez me habían acompañado. Ella
siendo mi mujer. Ella vestida de blanco caminando hacia mí en el altar. Ella
siendo la madre de mis hijos. Ella… en mi cama entre mis brazos.
Es
que era casi la mitad de mi vida pensando en ella y por ella. Dios… ¿Cómo lo
lograría?
Bua
se sentó a mi lado y depositó su taza de café. Me ofreció la otra taza y
sonrió.
-Ánimo.
Las tormentas pasan. Los enamorados se reconcilian si en verdad se aman.
La
miré arqueando una ceja.
-No,
yo no soy su novio. Ella es mi amiga, bueno… para mí lo sigue siendo. No sé si
para Liz lo soy después de lo que le dije.
-Ah…
Creí que estabas enamorado por cómo te pusiste al escuchar su voz.
Bajé
la cabeza y bebí un sorbo.
-Está
muy rico.
-Gracias.
-¿Encontraste
los filtros? Ni siquiera te he dicho donde estaban las tazas.
-Sé
buscar por mí sola.
Sonreí.
Me
recosté en el sofá con la vista clavada en mi taza.
-Sucede
que tienes razón.
-¿Sobre
qué?
-Estoy
enamorado de Liz, pero ella no. Así que después que fuimos pareja por dos años,
hace tiempo, ella siguió con su vida y yo…
-Y
tú pensando en ella.
-Sí.
-Drank,
de todas formas uno nunca sabe. Quizás con el tiempo.
-No,
el tiempo es a lo que apelo pero no para volver con ella. Liz sabe lo que
quiere, y lo que quiere es Lenya Craig.
-¿Lenya
Craig?
-Sí,
ella es su pareja actual.
-¡Caramba!
No te has buscado rival.
-No
se trata de saber que soy un simple humano frente a un vampiro poderoso. Él… Él
se sacrificó por mí. Bueno, por Liz, salvándome la vida.
-Entonces…
¿Es cierto lo que dicen sobre Adrien? ¿Te salvó de la muerte a pedido de su
hijo?
-Sí,
es verdad.
-Ahora
me cierra todo. Entiendo tu proceder y te admiro. Además Lenya se merece que no
lo traicionen.
-¿Sabes
mucho sobre él?
-Algo…
-¿Por
ejemplo?
-Es
hijo de Adrien Craig, es menor que Sebastien. Pero no fue reconocido por su
padre. Creo que fue concebido por una vampiresa hechicera de gran poder. Ella
vivió alejada del líder de los vampiros por lo tanto Lenya creció al margen del
núcleo familiar. No sé si hubo resentimiento, pero lo que se sabe es que los
hermanos se quieren y al parecer pudo olvidar todo lo malo de su pasado sin
rencor.
-Ajá…
Me lo pintas como el mejor de los vampiros.
-No
sé si es el mejor. Los Craig en general tienen fama de ser justos y sociables. El parece no ser la excepción.
-Comprendo.
-¡Pero
cuenta! ¿Cómo ha sido estar frente a Adrien? ¿Cómo es? ¿Fue amable?
-Diría
que sí. Después de todo yo era el ex novio de su nuera –sonreí e hice memoria-.
Adrien es muy alto, de cabellos largos y blancos. Tiene voz grave, profunda.
Parece que al hablar te traspasa los oídos pero como si fuera a la vez una
melodía. Sus ojos eran grises, gris plata…
-Dicen
que era muy sabio. Él fue el encargado de mantener la paz entre vampiros y
lobos por encima de cualquier pleito, incluso cuando Sabina se enredó con
Sebastien y tuvieron a Douglas. Por supuesto esa parte me la contaron mis
hermanos, yo era muy pequeña. Tengo veinticuatro años.
-Parece
de menos edad.
-Tú
sí que sabes ser encantador con una hembra.
Reímos.
Bebí
dos tragos de café y la miré.
-Muy
buen café.
-Gracias…
Cuéntame de ti.
-¿De
mí? No tengo mucho de interesante.
Sus
ojos me recorrieron en segundos.
-Diría todo lo contrario. Tienes mucho de interesante.
Nos
miramos en silencio. Después bajé la vista fijándola en la taza.
-No
sé si soy buena compañía para ti, esta noche. No quiero hacerte perder tu
tiempo.
-Eso
lo decidiré yo, humano… Hermoso humano…
Reí.
No sé si de nervios, si por no saber qué diablos decir. Joder… Liz me había
convertido en un inútil conquistador.
Ella
intuyó mi incomodidad y no quiso presionarme, cuestión que agradecí. Bebió el
café y continuó con la charla amena.
-¿Tu
padre partió a Drobak?
-Sí.
-¿No
quisiste acompañarlo? Bernardo te hubiera dado unos días, nuestro alfa es muy
gentil.
-Lo
sé. No… Es que… Mi padre fue por un motivo especial. Quería conocer a su hija…
A mi hermana, mi media hermana.
-¿En
serio? ¿Tienes una hermana?
-Larga
historia.
-Pues
haré más café.
Sonreí
mientras se ponía de pie. Alcé la vista con disimulo para deleitarme con ese
movimiento de sus caderas en esos jeans tan bien enfundados.
Suspiré…
Dios… ¿Era una oportunidad para intentar salir de esta tristeza? ¿Por qué no?
Bua
gritó desde la cocina.
-Oyee,
¿quieres que lleve estos bollitos de miel? Mañana no sabrán tan tiernos.
-Por
supuesto, tráelos.
Al
regresar con las tazas de café en sus manos y la bolsa de bollitos colgando de
su boca me apresuré ayudarla y cogí una de las tazas.
-Gracias.
Volvimos
a sentarnos y ella dejó la bolsa en la mesa de living después de coger un
bollo.
-Lo
siento si parezco atrevida pero el frío me dio hambre.
-No
te preocupes, me gusta que seas así, tan…
-¿Confianzuda?
-Nooo
–reí.
-Déjalo
así –rio.
-Antes
de irte por el café… dijiste que Bernardo es el alfa –indagué.
-Sí.
-Ah…
Lo que ocurre es que escuché por ahí que quien era en realidad…
-¿Gloria?
-Sí,
la niña tan bonita y simpática.
-Sí,
eso dicen. Sin embargo no se sabrá aún. Ella debe llegar a la adolescencia para
comenzar su primera transformación. Aunque muchos hechos indican que lo será.
Entonces Bernardo habrá sido su guardián.
-¿Qué
hechos?
-Gloria
tiene un don especial para ver las cosas antes de tiempo. Premoniciones. Ella
asegura que el lobo blanco, el espíritu de los lobos le dice lo que ocurrirá.
-¿Y
ya ha ocurrido de que esos hechos se cumplan?
-Sí.
Pero no lo dice claramente. ¿Cómo explicarte? Mmm…
-¿Lo
deja entrever?
-Algo
así. Ella fue quien vio antes de tiempo como Hans, hijo del Chamán iba a morir.
-¿Hans?
-Sí,
un hombre lobo malvado.
-¿Cómo
murió?
-De
un balazo.
-¿Quién
lo mató y por qué? -bebí el café.
Bua
me miró por unos segundos. Después depositó la taza en la mesa y se sentó como
un hindú sobre el sofá.
-Lo
mató Liz.
-¿Qué?
-Sí,
lo asesinó de un tiro en el momento en que Hans iba a disparar a Lenya a
traición.
-Vaya…
¡Cuántas cosas ignoro que han pasado!
-Me
encantará contártelas todas.
-¡Qué
bien! Sinceramente es agradable tu compañía. Gracias por quedarte.
Las
dos horas que siguieron la loba me puso al tanto de muchos hechos ocurridos en
la reserva. Me impactó saber que Liz se había jugado por Lenya de esa forma
aunque a decir verdad conociéndola como la conocía no me extrañaba después de
todo. Ella era así. Se brindaba entera… ¿Cómo estaría sufriendo por lo que le
había dicho? Quizás Lenya la consolaría diciéndole la clase de humano que era.
La había echado para no sufrir su desamor. Ella no tenía la culpa de lo que yo
sentía…
Apenas
cuando el remordimiento comenzaba a ganarme otra vez, unos dedos tibios y
suaves acariciaron mi barba incipiente.
-No
estés triste.
Sonreí. Ella se acercó.
-Antes
de que pienses que estoy aprovechándome de ti te diré… Te diré que tienes
razón. Me gustaría aprovecharme de ti.
Reí. Bua también aunque su risa se apagó de un soplo mientras se hundía en mi
mirada.
-Yo
no lo llamaría aprovecharse –murmuré sintiendo sus dedos finos sobre mis
labios.
-Llegar
hasta aquí con la idea de meterme en tu cama lo llamaría aprovecharse.
Miré
sus labios, rellenos, húmedos…
-No,
si yo lo deseo también.
El
impulso de besarnos fue mutuo. El beso fue ansioso, demoledor, salvaje. Una de
sus manos en mi nuca me tenía atrapado en la posición perfecta para llegar con
mi lengua a recorrer su boca cada centímetro.
La
atraje de la cintura y acaricié su espalda caliente a través de la tela de
algodón. Mi cuerpo reaccionó ante tanta ausencia de caricias y de contacto
femenino. Mis hormonas despertaron una por una hasta preparar mi cuerpo para el
placer. Gimió y eso me encendió más. Nina me había deseado pero la loba que
tenía entre mis brazos era algo especial. Guio mi mano hasta uno de sus pechos
perfectos, deslizando sus labios por mi cuello erizando cada poro de mi piel.
Jadee
dejando escapar el aire por la boca. Mi respiración se había vuelto
entrecortada y solo deseaba hundirme en ella.
Se
separó unos centímetros para tomar aliento y murmuró contra mis labios.
-No
me tengas miedo. Soy igual que cualquier hembra humana. No encontrarás
diferencia.
NOTA: No sé ustedes pero mi conclusión es que las lobas son muy rápidas, jajajaja. En cuanto a la imagen de Drank, sin palabras...
Un beso a todos los lectores.
Ufffff a ver....tanto que decir al respecto. Primero...como entiendo a Dank! La necesidad de cortar de raiz con todo lo que te ata a un pasado feliz pero doloroso. Es una situacion dificil pero supongo q a la larga Liz entendera, despues de todo lo quiere, no como el espera es cierto, pero lo quiere. Ojala el enojo se le pase pronto. En cuanto a Bua...quien la culpa??? Yo tambien me hubiera tirado como en la playa a la boca de ese bombon, bastante se aguanto no?? Si hasta lo escucho penar y todo! jajaja
ResponderEliminarMe encanto el capi amiga, como siempre....quiero mas!!!
Besote!
Uy genial capítulo me dio pena la decisión de Drank espero que lIz lo entienda y que loba más rápida ojala no le haga daño a Drank. Buen fin de semana
ResponderEliminarSi las lobas son bien rápidas jajaja...bueno sea como sean las cosas a Liz le dolió lo que Drank le dijo y ella nunca lo quiso herir a propósito, a ver si esa separación es para bien o para mal, ellos son muy buenos amigos y perder esa amistad sería muy duro, gracias Lou linda por el capitulo, saludos!
ResponderEliminarMuy bien por dar, pero tenia la sensación de que entre la goluver y dar k habría química a la larga
ResponderEliminarHola Claudia! Yo creo que no andas muy lejos... tibio tibio. un besazo y gracias por comentar.
EliminarBueno, lo que Tim le cuenta a Drank ya me parece muy grave... que un maldito accidente se lleve a la persona que amas prefiero no imaginarlo... creo que no debe existir dolor más fuerte
ResponderEliminarMe ha encantado que Drank quiera enseñar a leer a Louk... creo que Louk por supuesto que aprenderá
Sí, Drank y Bua se han acostado y se han desahogado... pero eso no es amor
Me parece bien que George se vaya a Drobak a conocer a su hija
Ya veo que Liz se lo ha tomado muy mal... pero creo que Drank tiene razón... necesita tiempo, un poco de distancia, para después poder ser amigos... para entender que si Liz fuese la mujer de su vida le correspondería
Otro capítulo encantador, Lou
Besos
¡Hola cielo1 Gracias por tus comentarios bellos. Tim ha sufrido mucho, veremos si la autora más adelante le busca una solución...
EliminarLouk es un joven sincero y será un gran amigo para Drank, lo necesita. Está muy sólo y el desarraigo y desamor juntos son una bomba si no cuentas con amigos.
George intenta recuperar algo de ese tiempo que les debe a esa mujer que amo y esa hija que aprenderá a conocer.
Liz se lo ha tomado fatal, pero es bueno que Drank le haya dicho la verda, y como son las cosas, ya entenderá.
Bua sólo es entretenimiento, lo bueno que ambos lo tienen claro, quizás para curar su corazón haga falta tiempo, y otra persona...
Un besote grande amiga y gracias como siempre.